Presentación

Buenos días, tardes o noches tengan ustedes (como no se a que hora me leerán lo pongo todo y así acierto)


Soy Vicente Borge, ex-jugador de fútbol de equipos como el Real Oviedo, el Cádiz (ídolo allí con Peña Cadista "Goleador-Entrenador" Vicente Borge incluída e incluso mención explícita en los miticérrimos Carnavales de Cádiz cuyas ingeniosas frases reproduciré más tarde), el Villajoyosa, el Sabadell, el Mérida, el Racing de Santander, el Lugo, el Burgos, el Hércules y muchos más. Vamos, equipasos.


Era delantero y de los buenos, pero como todo futbolista, hay que pensar en la retirada, ¿y qué mejor que pasar de trotar por el césped a sentarse en el banquillo? ¡No!, no piensen ustedes que acabé como suplente cual vaca sagrada, sino que pasé a la dirección de equipos. Precisamente el club en el que disputé mi última temporada como jugador me ofreció continuar la siguiente como entrenador. De allí me recuerdan por mi fútbol atractivo, de ataque y preciosista. Vamos, fútbol de salón y del bueno. Ni un balonazo, ni un mediocentro defensivo, ni un delantero para bajar balones... todo tikitaka del bueno. El problema es que como el césped era de esos artificiales, pues no se podia rasear bien la pelota y el juego al primer toque se resentía, con lo que tuve que adaptar "ligeramente" el juego a las condiciones existentes. Por culpa de ello, en la segunda temporada el equipo descendió pese a trabajar yo como un mulo con los chavales. Me llevaba genial con toda la plantilla y el ambiente en el vestuario era una balsa de aceite. Y a pesar de que tuvimos dos partidos en casa con los que salvarnos, las circunstancias son las que son, y la brisa marina al estar el campo tan cerca del Mediterráneo descentró a nuestros jugones, por lo que no pudieron llevarnos al triunfo.

Después de ese descenso fui destituido del club, y empecé la temporada que ahora mismo finalizamos empapándome de mucho fútbol. Todos los fines de semana asistía a innumerables estadios tomando nota en mi libreta de las innovaciones tácticas (solo las destinadas al fútbol ofensivo, of course) para poder aplicarlas en cuanto tuviese ocasión. A mitad de temporada soné como sustituito de un gran colega mío, humilde como solo puede ser él, PePe Bordalás, el querido, que parece que había oído cantos de sirena en Alicante. Como al final no se concretó nada, seguí acudiendo a campos y campos. Oh mustios collados, campos de soledad, ¿acabaría la temporada y no podría poner en práctica todo lo aprendido en estos meses sabáticos?

¡No!¡No podía ser! La oportunidad me vino justamente del vecino de donde tanto había ofrecido yo. La destitución de Paco López, el silencioso, en el Benidorm C.D. (Club D'alterne) me abrió las puertas a seguir con mi pasión. Además, en esta ocasión ningún obstáculo se cernía sobre mí y mis ideas futbolísticas. Una plantilla hecha para jugar al toque, jugadores con clase y defensas que sacan el balón por abajo, y no con el conocido grito semanasantero de "Al sielo con ella", tan conocido en Foietes. ¡Ahhh!, Foietes... la otra pieza para alcanzar el summum de la perfección balompédica, un campo con césped natural en el que dar rienda suelta a los múltiples orgasmos futbolísticos con los que quería obsequiar a la afición.


No empecé con el buen pie que desearía. En los cinco primeros partidos el equipo solo obtuvo dos puntos que nos acercaban más y más al descenso. Ocupábamos el puesto de promoción a 3ª que ya había ocupado el año anterior con el Villajoyosa y todo era oscuridad, pesimismo y negatividad. Menos mal que ahí estaba yo para confiar en mí mismo, mi sistema y mis soldados. Y sí, triunfe, salve al equipo de un descenso anunciado. Solo hay que ver los números. Cuando me hice cargo en la jornada 31, el Benidorm se encontraba el 12º a 3 puntos de la promoción de descenso y 7 del descenso directo. Justo antes de afrontar la antepenúltima jornada (36), el equipo estaba el 16º, en puesto de promoción de descenso. No recuerdo la distancia que le llevábamos al 17º, pero estoy seguro de que no corrimos peligro de descenso directo en ningún momento.

Y nada, la vida sigue igual... Ahora mismo estoy en la incertidumbre de saber si renuevo por mi gran final de liga o volveré a ir de campo en campo con mi libreta recopilando de lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior en cuanto a exquisicetes.

Poco más que deciros, espero que sigáis con ahinco este blog en el cual opinaré de lo divino y de lo humano que tenga que ver con esa pelota redonda que tanto quiero.








P.D.: Lo olvidaba, la letra de los cuplés con los que me inmortalizaban en los Carnavales de Cádiz.

"En el colegio está estudiando mi chiquillo… las ecuaciones,
y le ha dicho su profesor que resuelva esta ecuación,
que tiene dos cojones:
Si en diez partidos Vicente Borge ha marcado un gol,
marcará equis en cien partidos,
la incógnita despeja y ya el problema está 'resolvido'.
Pero mi niño Pepe con la solución no daba,
y buscaba la incógnita pero no la encontraba.
Yo le dije a mi niño: ¡La incógnita está muy clara…!
¡La incógnita es cómo coño lleva aquí Borge tres temporadas!"


"Hay mucha gente que está criticando al Cádiz de mis amores,
y que acusa al entrenador porque cambia de posición a ciertos jugadores.
Que si Merino no juega bien como lateral, que si Lacosta no es carrillero…
y que Loreto y Borge darían más juego de taquilleros.
Pero toda esa gente ahora se está convenciendo,
domingo tras domingo por el juego que están viendo,
que nuestros jugadores son todos polivalentes:
lo pongas donde lo pongas juegan lo mismo de malamente"

Ahí queda eso.